Como vemos, las organizaciones, empresas están hechas de nosotros y entenderlas sabiendo y conociendo su íntima relación con el ser humano, ayuda a su desarrollo, así como el autoconocimiento de uno mismo ayuda a detectar nuestras necesidades y deseos. Las organizaciones sociales, al igual que las personas, son influenciadas de diversas maneras por el paso del tiempo, así como el ser humano va de conquista en conquista, desde la conformación de su cuerpo físico hasta su Yo, las organizaciones atraviesan los mismos desafíos, atenderlos en cada etapa, conocer qué podemos proveerle para nutrirse y desenvolver su potencial puede ser la forma que elijamos para trabajar en ella de manera saludable y consciente.
En la escuela la maestra se ocupa de brindar las condiciones para que las niñas y niños se desplieguen con total libertad, que tengan los elementos adecuados para explorar las diferentes inquietudes que se les van apareciendo a cada edad, ella está atenta a cómo es cada individuo teniendo en cuenta la imágen de cada uno, y su arquetipo. De la misma manera al trabajar en una organización del tipo que fuere, y reconociendo sus diferencias, se nos presenta responder a diferentes interrogantes que llevan a desarrollar variadas aptitudes. Es muy distinto lo que sucede cuando la organización está en sus primeros años, con toda la energía puesta en organizar sus fuerzas, en saber qué necesita, detectar las demandas de trabajo de la gobernanza y reunir a las personas necesarias que lo van a llevar a cabo, en crecer, que en un etapa más avanzada cuando ya busca consolidarse, cuando se dispone de una experiencia concreta y donde hay una historia que condiciona las decisiones.
Acercarnos a las organizaciones con esta manera de ver, implica una delicado acercamiento, nos interpela a cada uno en poner luz en la forma que nos disponemos al trabajo, a resolver un problema, a trabajar en grupo. SI sentimos una tensión en el cuerpo, una molestia, enseguida nos volvemos a ver en qué órgano está, si fue producto de mi alimentación, me doy cuenta que un órgano afectado impacta en otras partes del cuerpo, el cuerpo como un todo reacciona en ayuda a ese órgano. Agudizar la mirada y detectar si eso que aparece tiene que ver con las relaciones entre las personas dentro de la organización, o si es consecuencia de los procesos que hemos encontrado para trabajar, los métodos, y cómo los recursos que tenemos nos permiten llevar adelante la misión, (son suficientes? son los adecuados?), o si debemos chequear si esa identidad es compartida y legitimada; ponemos en marcha reactivar la salud de nuestra organización, existe motivación entre las personas?, tienen la “camiseta puesta”? Cuál es nuestra actitud frente a los cambios que se nos presentan?
Cuanto más clara sea la imagen de nosotros mismos, más claridad llevaremos a las organizaciones de las que formamos parte y que creemos que el mundo necesita.